Cuando no sea posible por una u otra razón recibir a Cristo en forma sacramental (hostia consagrada), o en cualquier momento en que uno desee ardientemente recibir a Jesús, se le puede recibir espiritualmente, pronunciando la siguiente fórmula (ver imagen al final) con fervor, demostrándole a Jesús el deseo sincero de estar con Él.

Con la comunión espiritual, Nuestro Padre celestial nos dará las gracias que necesitemos en el momento para ser fieles a nuestra misión de ser testigos del Amor de Dios ante todos los hombres y frente a cualquier circunstancia. Sea esta una emergencia de salud como la que enfrentamos hoy o lo que la providencia disponga.
 

¿En qué consiste la comunión espiritual?

La comunión espiritual, que es un tipo de unión con Dios, consiste en orar con fe y con amor, expresando el deseo recibir a Nuestro Señor Jesucristo en el Sacramento de la Eucaristía y pidiendo recibirlo espiritualmente, dada las circunstancias que no permiten hacerlo “físicamente”.

¿Quiénes pueden comulgar espiritualmente?

A diferencia de la Comunión Sacramental (cuando nos acercamos a tomar el Cuerpo y Sangre de Cristo) que sólo puede ser recibida por los bautizados debidamente preparados y en estado de gracia, la comunión espiritual puede ser ejercida por todos. Es una bella devoción abierta a todos aquellos que con profundo corazón quieren acercarse a Dios, pero las circunstancias no se lo permiten.

Hoy, en este contexto de emergencia sanitaria, lamentablemente no podremos comulgar sacramentalmente con Dios quizás por muchos días. Sin embargo, hay una alternativa: la Comunión espiritual.

¿Cómo hacer una comunión espiritual?

¡Simple! Pidiendo a Nuestro Señor (con la oración adjunta) que venga a vivir en nuestro corazón, que venga a habitar en él para transformar nuestras vidas. Sobre todo, en este tiempo de cuaresma en donde nos estamos preparando para configurarnos con Jesús en su Pasión. Nuestro corazón necesita de Él. Por eso, ayudémonos en este tiempo con esta hermosa oración y volvámosla un habito en nuestras vidas para siempre. Aprovechemos esta oportunidad de acercarnos a Dios de una manera diferente.