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San José, celebrado por la Iglesia cada 19 de marzo, es el carpintero de Nazaret que tuvo la gran responsabilidad y privilegio de ser el padre adoptivo de Jesús y esposo virginal de María.
En su rol de santo custodio de la Sagrada Familia y, siglos después, como Patrono de la Iglesia, se le atribuye una poco conocida pero hermosa devoción.
El escapulario de San José
El 15 de abril de 1898, el Papa León XIII entregó a la Orden de los Capuchinos la facultad de bendecir e investir a los fieles la hermosa devoción del escapulario de San José.
Mediante el empleo piadoso de este sacramental, se recuerdan las tres virtudes de San José: la humildad, modestia y pureza.
A través de él, los fieles piden la protección del santo, en situaciones difíciles y en la hora de la muerte. También, la gracia de la indulgencia plenaria habiéndose confesado, comulgado y orado por las intenciones de la Iglesia y el Papa.
Oremos a San José, ejemplo de amor y entrega humilde a los planes de Dios, con la siguiente oración tomada de la Carta Apostólica del Papa Francisco “Patris Corde”:
Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén.