Con la celebración del Domingo de Ramos, el 13 de abril, se presenta una oportunidad para rememorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo y además para abrazar la esperanza de la salvación que nos regala el Padre.

Nuestro párroco, el padre Juan que presidió la celebración de Domingo de Ramos en el templo parroquial expresó que “por fidelidad a su misión, (Jesús) se presenta como servidor de la humanidad y nos ofrece su vida por amor. Desde la muerte y el sufrimiento más brutal, será levantado para iluminar nuestras vidas”.

En ese sentido, explicó que “la vida entera de Jesús es un espejo de nuestra propia vida”. Seremos testigos de “la fuerza destructora del mal, de la violencia, del daño que provoca el poder ejercido sin límites, de la ambición desenfrenada”, “del miedo que paraliza” y al mismo tiempo, “veremos la fuerza redentora de una vida entregada por amor: la vida de Jesús”, afirmó.

Además, el padre Juan nos pidió abrazar “la esperanza de que Dios conduce la historia y también a nosotros en ella, aunque muchas veces las paradojas y contradicciones de la vida no nos permitan ver con claridad hacia dónde nos lleva”, explicó.

En tanto, la celebración de Domingo de Ramos en la Capilla El Dorado fue presidida por el padre Mariano Irureta. Allí, los fieles agitaron los ramitos entonando cantos de alabanza hacia Jesús, nuestro único Rey, quien se hizo hombre para morir por nuestros pecados y ofrecernos la vida eterna.

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