En el corazón del Templo Menor, cada jueves entre las 10:00 y las 19:30 horas, el Santísimo Sacramento permanece expuesto. Es un espacio sencillo, pero profundamente sagrado. Ahí, bajo la humilde apariencia del pan, está Jesús, esperando corazones dispuestos a acompañarlo.

La Adoración Eucarística no es solo un gesto de piedad. Es un acto de amor, una forma concreta de sostener espiritualmente a la Iglesia, a las familias, a los sacerdotes, a los consagrados. En tiempos tan complejos, orar por quienes entregan su vida a Dios es un verdadero servicio. Y por eso mismo, la necesidad de nuevos adoradores se ha vuelto urgente.

Cada hora necesita al menos tres personas. ¿Por qué tres? Porque si alguien se enferma, tiene una urgencia o simplemente no puede asistir, el Señor no queda solo. Hay alguien más que lo acompaña, que ora, que vela. Pero últimamente, hay ausencias inevitables. Y en el sagrario, Jesús sigue esperando.

Ser adorador es un don y una tarea silenciosa. Una misión discreta, pero poderosa. Porque en ese rato de silencio, en medio de un mundo agitado y ruidoso, el alma se aquieta, se ordena, se reencuentra con quien es fuente de Vida.

Si buscas un momento para ti, para descansar en Dios, para mirar tu vida con otros ojos, tal vez esta sea tu oportunidad. Él te espera. Y quizás, sin darte cuenta, tú también lo estabas esperando.

Para sumarte, comunícate con la secretaría parroquial a los teléfonos 222422401 - 222191760 e-mail: contacto@loscastanos.cl o bien llama al teléfono +56 9 9939 5672.