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En la primera Audiencia General de su pontificado, el Papa León XIV nos entregó una profunda y conmovedora meditación sobre la parábola del sembrador.
Frente a miles de fieles en la Plaza San Pedro, el miércoles 21 de mayo, el Papa León XIV retomó el ciclo de catequesis jubilares iniciado por el Papa Francisco bajo el tema “Jesucristo, nuestra esperanza”.
En su reflexión, el Pontífice destacó la lógica desconcertante y esperanzadora del amor divino, que no se rige por la lógica humana.
“Estamos acostumbrados a calcular las cosas, y a veces es necesario, ¡pero esto no vale en el amor!”, advirtió, “la forma en que este sembrador 'derrochador' arroja la semilla es una imagen de la forma en que Dios nos ama”, aseguró el Santo Padre.
En ese sentido, explicó que aunque “el destino de la semilla depende también de la forma en que la acoge el terreno y de la situación en que se encuentra”, lo esencial de la parábola es que “Dios arroja la semilla de su palabra sobre todo tipo de terreno, es decir, en cualquier situación en la que nos encontremos”.
“Dios confía y espera que tarde o temprano la semilla florezca. Él nos ama así: no espera a que seamos el mejor terreno, siempre nos da generosamente su palabra”, agregó.
“Quizás precisamente al ver que Él confía en nosotros, nazca en nosotros el deseo de ser un terreno mejor. Esta es la esperanza, fundada sobre la roca de la generosidad y la misericordia de Dios”, alentó.
Junto con recordar el cuadro El sembrador al atardecer de Vincent van Gogh, invitó a los fieles a una sincera apertura interior: “¿En qué situación de la vida nos alcanza hoy la palabra de Dios? Pidamos al Señor la gracia de acoger siempre esta semilla que es su palabra. Y si nos damos cuenta de que no somos terreno fértil, no nos desanimemos, sino pidámosle que siga trabajando en nosotros para convertirnos en terreno mejor”, finalizó.
Fuente: ACI Prensa/EWTN