En una magistral charla celebrada el sábado 24 de mayo, nuestro párroco, el padre Juan, profundizó en la bula convocatoria del Año Jubilar 2025, titulada Spes Non Confundit (“La esperanza no defrauda”), firmada por el Papa Francisco.

El sacerdote destacó que este Año Santo está marcado profundamente por la virtud teologal de la esperanza, tan necesaria en tiempos de incertidumbre.

Durante la charla, el padre abordó los principales ejes del documento papal. El valor de la peregrinación como experiencia de conversión; el sacramento de la reconciliación como fuente de renovación, que junto a otras prácticas permiten recibir la indulgencia plenaria, signo “ilimitado del amor de Dios”. También, la necesidad de ser signos vivos de esperanza para quienes más sufren, en especial los enfermos, presos, migrantes, jóvenes, ancianos y pobres.

Entre otros temas, el padre Juan destacó el signo del ancla para este tiempo, como un símbolo que entrega seguridad al cristiano, incluso ante las tempestades de la vida. “El poeta nos dice: ‘no se agite la fe del navegante Cristo ya nos tiene anclados a la otra orilla’”.

Por último, nuestro párroco animó a los presentes a seguir peregrinando en la esperanza y recordó que como Iglesia caminamos hacia los 2000 años de la redención en 2033.

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