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En la catequesis del miércoles 11 de junio, el Papa León XIV reflexionó sobre la curación de Bartimeo, el ciego de Jericó, y animó a los fieles a presentar ante el Corazón de Cristo sus fragilidades más profundas.
Bartimeo se encontraba “sentado al borde del camino”, imagen de una vida detenida, marcada por el dolor y la dependencia. “Necesita que alguien lo levante y lo ayude a seguir caminando", precisó el Papa.
En medio de su ceguera, Bartimeo no se resigna, sino que acude al único recurso que tiene: su voz. "Si realmente deseas algo, haz todo lo posible por conseguirlo, incluso cuando los demás te reprenden, te humillan y te dicen que lo dejes. Si realmente lo deseas, ¡sigue gritando!", destacó el Papa.
Entonces, Jesús “lo empuja a levantarse, confía en su posibilidad de caminar” y le hace una pregunta que parece obvia, pero no lo es. “¿Qué quieres que haga por ti?”.
El encuentro termina con una libertad nueva, Jesús no le impone seguirlo, solo le dice que se ponga en camino, pero Bartimeo lo sigue libremente, con decisión, porque ha sido sanado no solo en los ojos, sino en el alma.
"Los invito a presentar ante el Corazón de Cristo las partes más doloridas o frágiles de ustedes, aquellos lugares de su vida en los que se sienten paralizados y bloqueados. ¡Pidamos al Señor con confianza que escuche nuestro grito y nos cure!", concluyó el Papa León XIV.
Lee la catequesis completa AQUÍ.