Queremos invitar a todos los que formamos parte de esta gran comunidad a unirnos, especialmente en este mes, en oración para que en el mundo hayan más vocaciones.

La Iglesia anima, en primer lugar, a los padres a ser los primeros educadores de la fe de sus hijos y mostrarles el camino cristiano, tal como lo presenta Jesús: “si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.” (Mc 8, 34). Además es de suma importancia nuestra labor pastoral como Parroquia, con el fin de que ellos tengan los instrumentos necesarios para responder a las llamadas que Dios les hace en el día a día y en la respuesta fundamental sobre la propia vocación.

Como católicos debemos tener siempre muy presente la importancia de que existan vocaciones. Nuestra oración ayudará a que muchos jóvenes puedan discernir sobre sus proyectos de vida, la misión que Dios tiene preparada para cada uno de ellos.