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"Creer en Dios y ser parte de la iglesia es una tarea de todos los días. Mantenerse fiel y ser consecuente es una prueba constante. Muchas cosas parecen brillantes y no todas son luz.
Rezar por las vocaciones es un deber ante la escasez de ellas, pero rezar para que se den en nuestras casas está cercano a mirar hacia otro lado mejor. Pues bien, a nuestra familia ha llegado el llamado. Nuestro hijo Felipe Rouret Reyes, teniendo frente a sí un brillante futuro como médico, ha ingresado al Seminario Pontificio Mayor de Santiago.
Mi corazón de mamá abierto a la voluntad de Dios se doblega y acepta que es un hombre y él decide su futuro. Mi corazón de mamá gallina, ve volar a su gallito a servir en el amor a Dios que conoció en sus primeros tiempos con nosotros y al cual siempre dedicó tiempo para aprender más y así alimentar su alma.
Su preparación y proceso recién comienza, requiere de amor, perseverancia, fidelidad y fortaleza...es un camino de libertad donde tendrá que evaluar permanentemente su decisión. Felipe cuenta con nuestro apoyo, amor y convencimiento de que Dios esta vez ha llamado por su nombre a nuestro niño para seguir los pasos de Jesús. Algún día, en unos años más dará el Sí a la iglesia de Santiago y será pastor de hombres, por ahora oren por él y por nosotros sus padres y su hermana, para que sepamos ser buenos compañeros de su camino de formación".